12 de enero de 2015

DOCUMENTO 1


Amo a una mujer que me quiere a su manera. 

Amo a mujeres que no les digo y ni se enteran, a mujeres que corren velos tupidos y ponen pies en polvorosa cada vez que saco este tema. Amo a mujeres que ya tienen amor por sus hijos, amor para sus hombres y mujeres, amor por su elección, por su instrumento, por su voz, por su presencia, por su despertar y por su estar en el mundo. Por tímido o remilgado, por tonto, por raro, por educado o comedido yo me callo, pero no, que lo sepan, que por dentro yo me estoy preguntando en qué habitación de sus tripas podría poner yo una mariposa, si pudiera tener yo un platito reservado el día que su corazón ponga la mesa.

También amo, por supuesto, a algunas mujeres a las que les dejo caer un no, que siempre tiene su razón, pues el amor es porque sí cuando es, y es porque no cuando no, y entregándote a saber esto, el amor siempre es, y es lo único que importa. Espero que a esas mujeres, por sus medios, les llegue también la justicia de ese argumento. Cuando llegan a mi puerta y siento que no sé decirles un ahora, cuando sé que no tengo para ellas ni un centímetro de mi cuerpo, creedme que de entrada me comen los demonios de ver cómo se malgastan su noble ansia, sus preciosos sudores, pero cada vez que me he intentado explicar, no he dejado de ver que malentendían pistas, esperanzas. Y yo sé que no. Y sólo puedo responder con mudo respeto.

Con todo este silencio de más, con toda esa tentativa de menos, a nadie ha de extrañar mi pinta de falso hombre libre que duerme solo la mayor parte del tiempo. En fin, todo esto, observarás, está pasando en el estricto y descarnado marco de la soledad, y así tengo tiento e intimidad para poner redacción a las oscuras suciedades del deseo. Con todas esas mujeres que pasaron, con las que no van a llegar, con las que espero, sabiendo que el amor es sólo ahora, instantáneo, esclarecedor, innegociable y exigente, con ellas hago en mi corazón un banquete del que a veces consigo adornar y compartir un plato. Con todo ese amor indescriptible que me trae y me lleva, ese que nos viene como hermosa flor, también como espino o mala yerba, con todo ese amor que no sé manejar, escribo burlas, himnos, requerimientos, escribo mis ansias, escribo facturas, pagarés, cheques en blanco, escribo quejas, debilidades, escribo resguardos, justificantes, pliegos de descargo, escribo vencimientos y rupturas, escribo idearios, suplicatorios y memorandos. De todos modos, ahora me acuerdo, el amor es ahora, el amor es general, y conoce y trata por igual, manteniéndolos unidos, a sus soldadas y soldados. Como en realidad los nombres, en sus filas, no importan demasiado, en mis cuentos mis mujeres se llaman Ella. Con ellas en ese nombre, voy dibujando para siempre a la mujer que quiero. A ésa ni le pregunto ni me contesta. Su corazón es justo de mi talla, y todos los días le pongo un poquito, y todos los días peleo para que mi amor sea digno, peleo para que tenga su sitio en ese amor que Ella tiene por la vida entera.




.

1 comentario: