5 de julio de 2015

EL POEMA ADECUADO

No tengo muchas ganas de usar el verbo
morir de impaciencia
tu ausencia lógica
callado desenfreno letra aceptable oportunismo
algo forzado sonrisa
espontánea dentro de lo que cabe imagino
cada una en su lado.
¿Y quién sabe si satisfacción, madremía,
y si es calidez en la mano?
Y me niego a pronombrear lo que siento,
que el sujeto, quiero decir, el corazón tenía
sucio de rayajos de olvidadizo
vómitos y quejas de
todas esas noches en blanco.
En fin, es inútil
hablarte de días que no tiran, de cosas
que no avanzan, adverbios equivocados
en modo, lugar, tiempo grado.
Pero basta de poner una nube
a cada rayo, prefiero imaginar
que comprendes la electricidad
de los campos de eucalipto mientras
va perdiendo fuerza la tarde.
¿Y si no me ves también
cuando cierras los ojos? Ay, señor!




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