27 de octubre de 2015

MUDANZA INDUSTRIA

Va por dentro,
hacia ti, sin secreto. Pues
me está pareciendo que
yo, en mitad
de un mediodesvelo, asfixiado como imaginarás
por tu gloriosa estupefacción
en mitad de la maravilla que se te escapa
de los dedos en la noche,
yo, medio zozobrado
de tonta alevosía
cándido respeto atención
contenida
por las luces que me tienes
en la boca callada,
y tú sabes de alguna manera
que esa contención tuya a un tiempo
me subleva me arrebata,
me libera me aprisiona,
y yo persigo sin remedio
como lobo de montaña
ese ardor estoico
que me escondes, ese
suspiro que te adivino al hilo
de alguna letra acertada. Me enloquece,
amada, me sobreemociona,
me embravece el brillo, me
dispara el ansia, el ardor
que explota,
y no dejo de preguntarme
si por ventura nuestra
vas tú a trepar un día
del papel por la mano del brazo
al corazón del hombre
que blandió la palabra,
quiero decir, hasta mí,
querida, y no te hagas la muerta,
me refiero, y lo sabes,
al que imagino
que sabrás que es mucho más
que el yo que te puebla el poema,
más, y mucho más
que el que se empeña
con el bronce hueco,
mucho más que el que
mantiene vivos
los fuegos que alumbran
cielos infiernos inventados,
mucho más, te digo,
que el que se exhaustiva
en la industria
de dejar limpia,
felizmente preñada de cosas nunca vistas
a la vida que nos han dado nuestros padres.

Yo, te insisto, amada,
me refiero a mí,
al doliente un día
por faltar tu saliva en su llama,
al que llora por lo mísero,
por lo fatuo, a ese me refiero,
al gozoso siempre
por la sola presencia de tu alma
en su paisaje, yo,
yo, querida, y perdona que no sepa
apaciguar el tono de demanda, disculpa
de mi amor la vehemencia,
yo no puedo dejar de comprender
que un día te habrás de lanzar
al sentido común de los amantes,
a esa lógica extraña
de abrir el pecho al divino precipicio,
al tirarse con serena
alegría de cabeza
a la llama compartida, pues
saliendo de ello,
lo que nos dijeron vida es una pena.

Yo no dejo de esperar
que enloquecerás en consecuencia
por las palabras que te digo,
yo no dejo de entender
que al fin entenderás
que tú y yo encendemos
cerrado un círculo
que abrirá universos,
que tú y yo seremos
como la potencia al deseo,
como al amor la alegría,
una suerte
de furia espinosa
que desatará gozo
vergüenza y comentario
en los corazones de la plaza pública.

Yo lo sé, adornado de explosiones
de magia arrebatada aquí,
en el pecho,
en una propia
ciencia cierta
por la verdad,
por la dignidad la alegría, yo lo sé,
querida, y porque así, desde
la parte más cocinada
de mis vísceras
lo siento, yo, amada,
el más feo de mi casa, yo,
el que atravesó la selva
para acabar alumbrando apenas
esta tonta calvicie, yo,
el que dijo ya basta
a los cuatro vientos
de una habitación cerrada
para acabar empezando de nuevo, yo,
sí, ese mismo, no te equivocas, yo,
ay amor, que despierta
a los cachitos de queso
que se desperdigan
por el espino y la piedra, yo,
más apestoso por lo que suelto
cuando me violenta la vida
que por la demora del butano, yo,
ya sabes, ese
inocente pueblerino
que en la distancia
de amor te ahoga, yo,
que soy más de construir un puente
que de esperar que baje la riada, yo,
yo he emprendido el camino de tus brazos,
tú qué quieres que te diga,
yo me he puesto
a hacer reformas
en la casa de mi corazón y de mi alma
con tu medida y sin tu permiso,
yo, sin preguntarte,
voy con mi canción
a por los quesos. Anoche,
y hoy, te pensé y
te he deseado como
desde el día
en que he nacido,
y tú te ríes en tu casa,
y yo me enciendo
en mitad de quien eres,
en mitad de lo que escribo,
pues no aguanto sentir
que de tu amor vivo destetado,
y yo sé que a veces
todo cargante, deslenguado,
sé que todo perdido
de dientes de leche, espinoso,
por no decir de lo alegre,
que se viste de sufrido,
yo lo sé.

Y sé que el tiempo,
lo sé, y sé
que los lugares
que los tonos
el volumen suficiente,
la pertinencia, la armonía,
yo lo sé.

Y sé también
todo lo que no te pregunto,
por verdadero pavor,
por un respeto descarnado. Yo lo sé,
sé lo difícil y lo hastiado.

Lo sé. Yo lo sé,
y antes y después te amo.

Y mi corazón y mi alma
se atascan, se liberan,
y hacen de mí un paquete de cosas
que por la leche que yo mamé,
tiene que llegar a ti de aquí a unos besos.


Jag. 27_oct_2015


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